Chema Rubio | 08 de febrero de 2018
El 3 de octubre de 1981 Felipe VI -como Príncipe- presidió su primer acto oficial con 13 años y pronunció su primer discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, junto a los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía. Lo pronunció con pausa y una perfecta vocalización ante el Teatro Campoamor de Oviedo, que estalló en una gran ovación tras su histórica alocución.
«Obligué al Príncipe de Asturias a pasar la noche en mi despacho para que me viera ejercer mi oficio de Rey, tenía 13 años», una frase de don Juan Carlos I que se recoge en el libro de José Luis de Vilallonga (Mis conversaciones con Juan Carlos I, Plaza & Janés, 1993). Era la noche del 23 de febrero de 1981 y Felipe VI vivió aquellas tensas horas en el Palacio de La Zarzuela, viendo cómo todos tenían un papel en aquel golpe de Estado del comandado por el teniente coronel Antonio Tejero que mantuvo secuestrado el Congreso de los Diputados y la recién estrenada democracia española durante horas.
El 31 de mayo de 1983 el Príncipe Felipe realizó con 15 años su primer viaje oficial al extranjero, a Colombia para representar a la Jefatura del Estado en el 450º aniversario de la ciudad de Cartagena de Indias. En uno de los vuelos de Santo Domingo a Cartagena, el periodista Miguel Ángel Aguilar en su crónica de aquel viaje relata una anécdota interesante que contó Luis Yáñez presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana. «Vinimos jugando a las siete y media el Príncipe, el ayudante de Marina y yo, y parecía que a don Felipe le ponían las cartas como a Fernando VII, porque nos ganó las tres partidas».
El 25 de julio de 1992 el Príncipe Felipe fue abanderado del equipo español en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Desfilar en el estadio olímpico emocionó especialmente a su hermana, la infanta Elena, a la que se pudo ver llorar en el palco mientras su hermano portaba la bandera española. Las crónicas de aquellos años destacan el detalle de la corbata que vestía la delegación: representaba las cuatro barras de la bandera catalana, aunque colocadas de forma diagonal.
En 1968 habían nacido el Príncipe Felipe y Miguel Ángel Blanco. El 15 de julio de 1996, en Ermua (Gipuzkoa) y tras el atroz asesinato del edil del PP a manos de ETA tras dos días secuestrado, el Príncipe Felipe, muy emocionado durante toda la jornada, apenas podía contener las lágrimas. Antes de volver a Madrid, habló ante las cámaras sin guion. Entre todas sus palabras, destaca una frase: «Los españoles, y en particular el pueblo vasco, han hablado con una sola voz y han dicho basta ya».
El 22 de mayo de 2004 se celebró la boda de don Felipe con doña Letizia Ortiz en la Catedral de la Almudena de Madrid. La periodista de TVE conquistó el corazón del heredero a la Corona pero su relación se mantuvo en secreto hasta el anuncio de su compromiso. Al acontecimiento asistieron representantes de 12 casas reales reinantes y otros 12 pertenecientes a casas reales no reinantes. Tuvo la consideración de boda de Estado, la primera en España desde hacía más de 50 años, y fue también la primera boda en celebrarse en la catedral de Madrid, que había sido consagrada en el año 1993.
https://www.youtube.com/watch?v=RiYokZ1sOeoTreinta y ocho años, seis meses y nueve días después de proclamar que sería el “Rey de todos los españoles”, don Juan Carlos de Borbón y Borbón decidió ceder la Jefatura del Estado y el trono de España a su hijo y heredero, don Felipe de Borbón y Grecia, que empezaría a reinar desde el 19 de junio de 2014 con el nombre de Felipe VI. En plenas fiestas navideñas, después de grabar el mensaje de Nochebuena, don Juan Carlos planteó a don Felipe la necesidad de ir preparando el relevo para tenerlo todo dispuesto. Felipe se puso a disposición de su padre y de la institución.
El 19 de junio de 2014, dos semanas después de que su padre anunciara su decisión de abdicar, fue proclamado Rey con el nombre de Felipe VI en las Cortes Generales en la sede del Congreso de los Diputados, donde ofreció “una monarquía renovada para un tiempo nuevo”, dispuesto “a escuchar, a advertir y a aconsejar”. El Rey reina, pero no gobierna. don Felipe VI lo sabe, lo entiende y lo considera un aspecto importante y a tener en cuenta: “Ser símbolo de la unidad y permanencia del Estado, asumir su más alta representación y arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones”. Don Felipe VI termina su discurso con palabras de Miguel de Cervantes, en boca de don Quijote: “No es un hombre más que otro si no hace más que otro”.
El 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña, don Felipe VI se dirige a los españoles con un mensaje institucional televisado en el que, ante la “deslealtad inadmisible” de la Generalitat y de sus autoridades autonómicas, llama a los “legítimos poderes del Estado” a asegurar “el orden constitucional”. El momento recordó al discurso de don Juan Carlos I en 1981 tras el Golpe de Estado ya que lo sucedido en Cataluña fue un duro golpe a la linea de flotación de la democracia española.
Bajo la atenta mirada de sus abuelos, los Reyes honoríficos, y de la de su madre y su hermana, la heredera de España recibió el 31 de enero de 2018 con 12 años, de manos de su padre, el valioso collar, un objeto de gran significado institucional. De las palabras de don Felipe a su hija destaca una frase por encima de todas que quedará marcada en la historia: «Deberás respetar a los demás, sus ideas y creencias y amarás la cultura, las artes y las ciencias, pues ellas nos dan la mejor dimensión humana para ser mejores y ayudar a progresar a nuestra sociedad. Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola; servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional; y harás tuyas todas las preocupaciones y las alegrías, todos los anhelos y los sentimientos de los españoles».
Quim Torra ha ordenado descolgar los lazos amarillos de los edificios públicos. El presidente de la Generalitat dispara para seguir haciendo ruido y se esconde tras el humo. Sánchez no da la cara y es el Poder Judicial el que defiende el Estado de derecho.