Rafael Miner | 01 de noviembre de 2018
Miles de hondureños conforman una caravana del hambre hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor. Sus portavoces afirman que esto “no es ilegal”. Ante las amenazas de Donald Trump, que no tolerará inmigración ilegal, México les ha ofrecido el programa Estás en tu casa, mientras Honduras y Guatemala, incluso El Salvador, se juegan la ayuda norteamericana si no frenan las caravanas y consiguen el retorno de los hondureños.
Los presidentes Juan Orlando Hernández, de Honduras, y Jimmy Morales, de Guatemala, acordaron hace ya unos días cerrar pasos fronterizos ante la llegada de más ciudadanos hondureños a la frontera. El presidente hondureño ha ofrecido incluso un programa de unos 27 millones de dólares que incluye bonos, viviendas, proyectos agrícolas, trabajo en obras comunitarias, créditos para microempresas y becas de estudio, para “el retorno seguro” de los migrantes que huyeron del país rumbo a Estados Unidos. Además, el Gobierno ha culpado a la oposición política de promover la caravana, que partió el 13 de octubre desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, rumbo a Estados Unidos.
Un equipo de UNICEF acompaña a la #CaravanaMigrante, las condiciones del camino son muy precarias debido al calor. Los niños y niñas están muy cansados.#AnteTodoSonNiños pic.twitter.com/YkUS3iLKhL
— UNICEF México (@UNICEFMexico) October 27, 2018
La última información oficial procedente de Tegucigalpa indica incluso que varios miles de los inmigrantes hondureños que salieron del país en la denominada caravana del hambre hacia Estados Unidos, el pasado 13 de octubre, están comenzando a retornar a su país voluntariamente. La información parece fehaciente, aunque algunos observadores dudan del alcance, es decir, que los que retornan hayan superado ya las tres mil personas o se acerquen a las cuatro mil.
El embajador de Honduras en México, Alden Rivera, ha realizado un llamamiento a la caravana del hambre de migrantes hondureños con sus familias para que aprovechen la oportunidad que ofrece el Gobierno de ese país, con el fin de que puedan optar a una legalización, con el programa Estás en tu casa, ofrecido por el todavía presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
En realidad, los mandatarios centroamericanos saben que se juegan los fondos de ayudas de Estados Unidos si dejan que las caravanas del hambre consigan su objetivo. Pero están entre dos fuegos. Por una parte, la solidaridad y los convenios con el resto de países de Centroamérica y, por otro lado, el chantaje de Trump, que retirará de inmediato los fondos si los migrantes hondureños no se detienen antes de llegar a territorio estadounidense.
La última amenaza del presidente norteamericano es la revocación de la ciudadanía estadounidense a los hijos de no residentes e inmigrantes en situación irregular, nacidos en territorio estadounidense. Quiere imponer así duras políticas migratorias antes de los comicios legislativos de la próxima semana, porque esto ayudará a los republicanos, a su juicio, «a mantener el control del Congreso”, aunque se trata de una decisión de difícil constitucionalidad.
Many Gang Members and some very bad people are mixed into the Caravan heading to our Southern Border. Please go back, you will not be admitted into the United States unless you go through the legal process. This is an invasion of our Country and our Military is waiting for you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 29, 2018
En cuanto a México, en vísperas de la toma de posesión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en lo que se considera un giro a la izquierda en el país, el ofrecimiento del todavía presidente, Enrique Peña Nieto, supone un balón de oxígeno para miles de hondureños, que podrían tener que aceptar su programa como solución realista. Peña Nieto dotará de salud, educación y trabajo a quienes «cumplan con las leyes» mexicanas. México les tiende la mano.
La alternativa para los componentes de las caravanas del hambre es volver a Honduras, de donde han huido porque uno de cada dos habitantes en las zonas rurales sobrevive con menos de dos dólares al día, y donde también uno de cada dos tiene problemas de empleo o se encuentra en desempleo total o subempleado.
La pobreza es el principal problema que debe afrontar el actual Gobierno. Según declaraciones de los migrantes, la gente desea salir de Honduras por la situación política, por la crisis generada por la situación política, por la mala administración del Gobierno. “Buscamos una facilidad de empleo, ya que aquí no logramos tener uno, andamos buscando una ayuda para nuestra familia”, dijo un migrante hondureño integrado en la caravana del hambre, un escándalo para la nación. Es “la caótica y precaria” situación que viven en Honduras la que les ha obligado “a salir huyendo” de su país y a dirigirse a Estados Unidos “para tener una vida mejor”, aseguran portavoces de los migrantes.
Con visión global, puede afirmarse que la tendencia migratoria en Centroamérica es muy fuerte para huir de la pobreza, la violencia y la corrupción, como sucede por desgracia en países más al sur, como Venezuela o Nicaragua. Pero el inquilino actual de la Casa Blanca ejerce una fuerte presión sobre la región, para que nadie se mueva. Su obsesión parece ser criminalizar al colectivo de inmigrantes. A corto plazo, podría ser eficaz en su país, pero Trump no puede olvidar que la inmigración ha contribuido a engrandecer a Estados Unidos, tierra de promesas y oportunidades. En este sentido, México, que negocia con su vecino del norte un Tratado de Libre Comercio, parece ser mucho más inteligente. Tanto el presidente actual como el que llega en unas semanas.