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Consultando los auspicios electorales . Una intención de voto equilibrada y sin mayorías

Manuel Martínez Sospedra | 06 de julio de 2017

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Y Torra cogió su fusil… amarillo La inevitable refundación del centro-derecha La manifestación independentista o la demostración de la locura separatista El interrogatorio a Trapero evidencia el delito de sedición Cuando Trump encontró a Kim… y no pasó (casi) nada Franco enterrará a Sánchez: la inhumación en El Pardo es el enésimo engaño

Las últimas encuestas sobre intención de voto están marcadas por la estabilidad y el equilibrio del cuatripartito. Reflejan una subida del PSOE y de Ciudadanos, mientras que Unidos Podemos desciende levemente. El PP sufre el mayor retroceso, por encima de los cuatro puntos y medio.

A punto de finalizar el período de sesiones de las Cortes, y finiquitado el período de provisionalidad política que se abrió con la crisis del PSOE el pasado octubre, cabe preguntarse cómo está el panorama electoral. A tal efecto, imitemos a los antiguos romanos y, así como estos recurrían a la celebración de auspicios antes de afrontar cualquier tarea pública relevante, hagamos lo propio. Obviamente, no vamos a observar el vuelo de las aves ni a examinar las entrañas de las víctimas del sacrificio; en su lugar, conviene dar una ojeada al conjunto de las encuestas de intención de voto publicadas desde comienzos de año hasta el pasado 21 de junio en medios como El País, ABC, La Razón, La Vanguardia, La Sexta y El Confidencial, entre otros. Si agrupamos las encuestas por meses y extraemos las correspondientes medias, el escenario que surge se ve del siguiente modo:

Tendencias según media de encuestas enero/junio de 2017

PP            PSOE        UP          Cs        Total 4P    NP       Dcha.         Izq.

Enero34,3219,7221,5712,9888,5934,5547,3041,29
Febrero32,9020,9721,1513,3888,4034,5346,2042,12
Marzo32,3820,3421,1914,4488,3535,6346,8241,53
Abril32,9121,3720,5613,7188,5534,2746,6241,93
Mayo31,4620,8321,8814,5088,6736,3845,9642,71
Junio29,7123,6719,4115,5988,3835,0045,3043,08
NOTAS: NP : Cs y UP; Derecha: PP y Cs; Izquierda: PSOE y UP. Junio, solo hasta el 20.

Los datos apuntan, en primer lugar, a un fuerte y determinante rasgo de estabilidad: el total del apoyo a los cuatro partidos principales es prácticamente constante y algo muy parecido sucede con la cuota que corresponde a los partidos de la “nueva política”. Mientras que los cuatro principales solo dejan sin ocupar algo menos del 12% de los electores presuntos votantes, los nuevos partidos suponen algo más de un tercio de los mismos. Si tenemos en cuenta que el apoyo de los partidos locales de defensa de la periferia se ha venido moviendo entre el 10 y el 11%, se sigue que el cuatripartito poco menos que monopoliza el espacio correspondiente a los partidos de ámbito nacional. No parece descabellado considerar que la estructura del sistema de partidos alumbrada por las elecciones de 2015 se está consolidando. En este sentido, hay congruencia entre los datos transcritos y la percepción del electorado, que viene manifestándose satisfecho con el sistema de partidos actual, y, con ello, con la sustitución del bipartidismo. Eso no significa, necesariamente, que el modelo bipartito existente entre 1993 y 2015 se haya ido para no volver, pero sí parece que, por ahora, sus posibilidades de retorno aparecen como muy remotas.

En segundo lugar, el reparto del espacio ocupado por el cuatripartito se presenta bastante equilibrado: ni el centro-derecha ni la izquierda tienen mayoría y el cuatripartito aparece como levemente escorado hacia la derecha, si tomamos como referencia el índice medio del conjunto del electorado (que se ubica en el centro-izquierda, entre el 4,5 y el 5 en una escala de diez posiciones), sin duda por la proclividad a ubicar en la izquierda a los partidos nacionalistas, aunque su realidad material sea otra (véase ERC). El equilibrio hasta ahora existente es favorable al centro-derecha y, en este sentido, la composición del Congreso es congruente con la orientación del electorado. Empero se registra una leve, pero apreciable, tendencia en favor de un mayor equilibrio, con una variación del orden de los dos puntos a favor de la izquierda.

En tercer lugar, hay cambios en las relaciones entre los miembros del cuatripartito: dos registran tendencia al alza y dos, tendencia a la baja. Suben los partidos más centrados –Cs y PSOE–, bajan los partidos de mayor polarización -PP y UP-. En conjunto, los primeros suben algo más de seis puntos y medio, en tanto que los segundos descienden algo más, pero muy poco. La tendencia parece favorecer el fortalecimiento del “bloque central”, en detrimento de los polos.

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En el conjunto de las formaciones más moderadas del cuatripartito, el reparto de la cuota de crecimiento es favorable al PSOE, que viene a subir casi cuatro puntos (el 3,95) a lo largo del período, si bien su subida no es regular y el grueso de la misma se produce en el mes de junio, esto es, cuando comienza a hacer presencia el “nuevo PSOE” y tiene lugar la frustrada moción de censura podemita, ya que el presente mes supone un alza de casi tres puntos, poco menos que las tres cuartas partes de su progresión. Es pronto para saber si nos hallamos ante un alza coyuntural, debida al impacto de la victoria crítica en el seno del Partido Socialista, si bien la corta serie parece indicar que el pico de junio se inscribe en una tendencia de fondo anterior. Distinto es el caso de Cs, que sube algo más de dos puntos y medio (en cifras absolutas menos, en cifras relativas más) y cuya tendencia al alza parece gozar de mayor uniformidad. Tal parece como si la estrategia de “oposición moderada útil”, que combina acuerdos y oposición, le esté resultando efectiva a la formación liberal.

Los dos partidos extremos –PP y UP- descienden, pero no lo hacen igualmente. La formación populista registra una tendencia bajista leve, pero constante, que le ha llevado a perder el segundo puesto y descender al tercero. Podría interpretarse esa tendencia, cuando menos, de dos modos: bien señalando que la estrategia de confrontación con la izquierda moderada no está teniendo éxito en términos de competición por el liderazgo de la oposición, sino está resultando lesiva para los intereses del partido morado; bien señalando que nos encontramos ante un indicador de un mal mayor: el fracaso de la estrategia de vocación mayoritaria que es inherente al proyecto populista de inspiración latinoamericana que reconoce como propio el Sr. Iglesias. En todo caso, la tendencia bajista es leve (apenas dos puntos), pero es previa a la reconfiguración del escenario político que ha tenido lugar tras el triunfo del Sr. Sánchez, que claramente empeora el escenario desde la perspectiva de interés populista.

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comisiones anticorrupciónLos votantes del Partido Popular asisten a una sucesión de casos de corrupción y escándalos que salpican a miembros de la formación y provocan una decepción continua. Un artículo de Juan Pablo Colmenarejo.

Queda el caso del PP, que retrocede mas de cuatro puntos y medio. Es cierto que el mayor descenso se produce en la estela del estallido de los casos de corrupción del PP madrileño que ha tenido lugar a lo largo de la primavera y del impacto mediático de los procedimientos por corrupción a antiguas figuras del partido, pero no lo es menos que, desde los máximos del pasado octubre y, en particular, desde principio de año, la tendencia bajista es poco menos que permanente (y aún lo sería más si excluyéramos de la muestra los sondeos que dan resultados atípicos al partido conservador, como es usual en los foros). No sabemos si esa tendencia se va a poder revertir en los próximos meses, pero parece claro que su existencia hace crecientemente improbable el recurso a la elección anticipada como respuesta a un escenario de demolición de buena parte de la obra legislativa de la anterior legislatura o como salida a una situación de bloqueo parlamentario. Si no me equivoco, el no ejercer la iniciativa política acaba por tener consecuencias de esta índole.

Imagen de portada: El equilibrio en la intención de voto | Blanca Ballester
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