Gustavo Morales | 18 de marzo de 2017
Una de las amenazas presentes que más angustia a la seguridad del Estado son los lobos solitarios. Con nacionalidades europeas, procedentes de la emigración, muchos con antecedentes penales. Son captados, viajan a zonas en conflicto (Iraq, Siria, Afganistán, Libia…) y allí adquieren experiencia en combate. Regresan a sus países de origen. No mantienen comunicaciones. No existe un plan pergeñado en la distancia. Hay poco que espiar.
Así lo demuestran los llamamientos simultáneos de Al Qaeda y del Estado Islámico-Daesh a la acción individual. La revista en inglés Inspire, publicada por Al Qaeda, enseña a fabricar una bomba casera y la publicación Dabiq, del Estado Islámico o ISIS -en siglas inglesas- pide matar infieles “de cualquier forma”. Los llamamientos y métodos de ambos grupos terroristas se aproximan. En los últimos números de esas publicaciones hay una repetición constante: el llamamiento a la acción directa de los denominados “lobos solitarios” en Occidente, terroristas que actúan individualmente.
Las revistas editadas por la yihad llaman a golpear en suelo americano o europeo: «Si no puedes combatir en Siria o Iraq, puedes hacerlo directamente desde tu ciudad»
Un informe de la inteligencia exterior británica, mal conocida como el MI6, confirmaba la vinculación entre Inspire y los métodos de los fanáticos: “Al menos siete de cada diez implicados en ataques planeados dentro del Reino Unido siguen la revista”. Añade esa fuente que en “cuatro de cada diez ataques” la lectura de Inspire mejoró la actuación de los terroristas.
“Cuando se hace una pequeña operación en Estados Unidos, en países europeos, se obtienen muchos más resultados”, afirma Al Qaeda. Esa insistencia en los ataques solitarios la evidencia su revista: “No es necesario hacer lo que Muhammad Atta [11 de septiembre, Nueva York] hizo”, exclama el magazine, “es suficiente con hacer lo que hizo Nidal Hassan [5 de noviembre de 2009, Fort Hood]. No es necesario ver la victoria sobre el enemigo, es bastante con ser parte de hacer la victoria. No es necesario viajar al campo de batalla, es suficiente con matar al enemigo en casa”.
El autor del reportaje de la bomba casera, apodado AQ-Chef, señala objetivos: “La primera prioridad y el foco principal debe estar en América, después el Reino Unido, luego Francia, y así sucesivamente”. Con declaraciones de Shayj Abū Muhammad Al-‘Adnānī, el panfleto del Estado Islámico explica: “Si se puede matar a un infiel americano o europeo –especialmente el rencoroso y sucio francés- o un australiano o un canadiense, o cualquier otro infiel, incluyendo a los ciudadanos de los países que han entrado en la coalición contra el Estado Islámico, confíen en Alá, y mátenlo de cualquier forma. No pida consejos a nadie”. Al Qaeda insiste: “Así que no dudes ni te lo pienses dos veces, todo lo que necesitas es seguir los pasos que el muyahidín ofrece en Inspire y pedirle a Alá que te lo facilite”. El Estado Islámico, Daesh en árabe, pide a sus militantes: “Si no puedes combatir en Siria o Iraq, puedes hacerlo directamente desde tu ciudad europea”.
No son pocos los que han seguido este consejo: Haron Monis y Niman Haider, en Australia; Martin Couture-Rouleau y Michael Zehaf- Bibeau, en Canadá; Zale Thompson, en América; Bertrand Nzohabonayo, Saïd y Chérif Kouachi, en Francia. Los francotiradores franceses tuvieron que matar a Mohamed Merah, asesino de siete personas, tres de ellas niños, que hirió a otras cinco en tres acciones diferentes en Montauban y Toulouse. Cinco personas de origen checheno, con armas y explosivos, fueron arrestadas. La Fiscalía de Béziers informó de que algunos de los detenidos, con antecedentes por delincuencia común, tienen nacionalidad rusa. El periódico Le Progrès informó de que dos miembros de una célula de reclutamiento de yihadistas enviados a Siria, que ya habían sido detenidos antes, son los hermanos Karim y Reda Bejaled, en cuyos domicilios los agentes encontraron armas.
La publicación exalta al yihadista que intentó matar a hachazos a cinco policías en Nueva York. Es también el caso de Michael Adebolajo y Michael Adebowale, que apuñalaron al soldado Lee Rigby, junto al cuartel de Woolwich, Inglaterra. Hubo cuatro atentados más en Dinamarca. En uno de ellos, un somalí irrumpió con un hacha en la casa de un dibujante. Y en otro, el proyecto Micky Mouse, los yihadistas planearon asaltar la revista Jyllands Posten y degollar a los presentes por reproducir las caricaturas de Mahoma. Les siguieron los camiones atropellando gente en Niza el día nacional de Francia y en las Navidades de Berlín. En España hubo amenaza de bomba en un tren, varias iglesias atacadas y varios comandos dislocados por la experiencia de la seguridad española en la lucha contra el terrorismo etarra. Otros casos en Suiza y Alemania fueron encubiertos como locura temporal.
Los salafistas advierten: “Todo lo que Occidente podrá hacer es esperar ansiosamente la siguiente ronda de masacres y luego emitir las mismas aburridas declaraciones”. “Los musulmanes siguen desafiando la máquina de guerra infiel, cercando a los cruzados en sus propias calles”.
Muchas acciones son reivindicadas por ambos grupos yihadistas en lucha por el protagonismo en la yihad global.