Charo Zarzalejos | 27 de octubre de 2017
“Sí, reconozco que he tenido que hacer pedagogía”. Lo afirma José Luis Ábalos, número tres del PSOE. Y es que el reto secesionista catalán ha puesto a prueba tanto a Pedro Sánchez, en su calidad de secretario general, como al propio partido en su conjunto.
Nunca, ni el PSOE ni nadie pensó que la situación llegara al abismo. Pero ha llegado y, ante semejante reto, el PSOE tenía que encontrar su sitio, delimitar su territorio como principal partido de la oposición, y lo ha hecho. Hasta el último momento, que en los últimos tiempos siempre está por llegar, los socialistas han querido evitar ese abismo que significa la aplicación del 155. Y lo han venido haciendo pidiendo a Carles Puigdemont la convocatoria de elecciones. Esa esperanza quedó machacada el jueves 26 de octubre, a las cinco de la tarde, cuando Puigdemont aseguró que no las convocaba por el “afán vengativo” del Gobierno del PP. Pedro Sánchez comprendió en en ese momento que podía matizar algunos aspectos de la propuesta del Gobierno, pero nunca darle la espalda.
Pedro Sánchez inició esta particular andadura por el sendero marcado por el insurrecto movimiento secesionista catalán hablando de plurinacionalidad, que quedó plasmada en la llamada “Declaración de Barcelona”. Este debate es de hace apenas un mes y el mismo produjo contradicciones internas y algún que otro desconcierto. ¿Qué es exactamente la plurinacionalidad?, se preguntaban los más veteranos, sin que los más jóvenes se atrevieran a adentrarse en el mismo. Pedro Sánchez aboga por la reforma constitucional. Sostiene que la sociedad de hoy no es la de hace cuarenta años “y si queremos que la Constitución mantenga su vigencia, es necesario adaptarla a la nueva realidad”.
#EnDirecto | Sánchez: "El PSOE siempre ha mantenido que Cataluña debía tener mejor encaje en nuestro ordenamiento constitucional y nuestro modelo territorial" https://t.co/Lx2Bgbkls3 pic.twitter.com/DG2Kwotkso
— Europa Press (@europapress) October 26, 2017
La creación de la correspondiente comisión no levantó entusiasmo alguno entre los secesionistas. Ellos están en la negociación bilateral para acordar un referéndum pactado sobre la secesión. Sin embargo, este desprecio no ha hecho cambiar al PSOE de posición.
Con la precipitación de acontecimientos que hay que situar en los días 6 y 7 de setiembre, con el famoso pleno en el que se arrollaron los derechos de la oposición y que se realizó en contra de los criterios de los propios órganos jurídicos del Parlament, se produjo un antes y un después. El protagonismo y enfado de Miquel Iceta, secretario general de los socialistas catalanes, indicaba hasta qué punto el socialismo en su conjunto se veía en la necesidad de tomar posición.
Miquel Iceta pide un pacto de Estado para Cataluña, Jordi Pérez Colomé https://t.co/FcTsTPSSmj vía @el_pais
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Y, en esta ocasión, Pedro Sánchez, cuyo gran eslogan ha sido el del diálogo, se vio desbordado por los propios acontecimientos. Ahí comenzaron los contactos directos con Mariano Rajoy, resultando que el secesionismo ha unido lo que parecía increíble: Rajoy y Sánchez, en permanente comunicación para acordar que la unidad de España no se negocia.
Luego llegó la fecha definitiva, que no es otra que el 1 de octubre. Ahí ya comenzó a romperse la baraja de manera indisimulada y Pedro Sánchez, junto con José Luis Abalos, Margarita Robles , Carmen Calvo y Adriana Lastra, entre algunos más, llegaron a la conclusión de que era el momento de trasladar a la opinión pública que ellos, los socialistas, eran un partido de Estado con vocación de Gobierno. Las circunstancias no les dejaban margen para otra cosa, salvo que asumieran el riesgo de ser percibidos como un partido entre dos aguas que, en política, es la mejor manera de quedarse en tierra de nadie.
“Pedro está muy convencido de lo que hay que hacer y es lo que hemos hecho: defender el Estado de derecho y eso hay que hacerlo gobierne quien gobierne”. En este caso, quien gobierna es Mariano Rajoy que, en opinión de Margarita Robles, “ha sido muy prudente”. Estas reflexiones no han impedido que la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Nuria Parlon, hasta ahora secretaria de Cohesión e Integración en el Comité Federal, presente su dimisión de la Ejecutiva del PSOE. A esta dimisión hay que sumar la del secretario de organización del PSC en Manresa, Xavier Ver; Albert Batalla, alcalde de la Seo de Urgel, también diputado autonómico, y Jordi Cuminaln, cerebro del sector más proclive al nacionalismo dentro del PSC que, al igual que su compañero, ha abandonado el Parlamento catalán.
Lo cierto es que el PSOE, consciente de la debilidad parlamentaria del Gobierno, ha condicionado más de lo que cabe imaginar la aplicación del 155. Ha querido y ha logrado estirar al máximo los plazos, ha logrado que Rajoy se comprometiera con la Comisión que estudiaría la revisión de la Constitución y desde el Gobierno no ha salido una sola palabra que previamente no estuviera consensuada con el PSOE. La conclusión obvia y fundamental es que el PSOE está con el Gobierno en el asunto más grave acontecido durante estos 40 años de democracia. Nunca antes se había retado al Estado de la manera que lo han hecho los secesionistas catalanes y, ante esta situación, o el Estado “gana” o España deja de ser España.
Pero Sánchez también ha sentido el vértigo del abismo. El PSOE es un partido complejo que en los últimos tiempos se ha visto sometido a una permanente tensión interna que se saldó con el triunfo inequívoco de Sánchez frente a Susana Díaz. Este triunfo supuso, en su momento, una ráfaga de aire fresco para, sobre todo, Podemos, que veía en el triunfo de Sánchez la oportunidad perdida de echar a Mariano Rajoy. Pero si Sánchez es un declarado e imperturbable adversario de Rajoy, lo que sí tiene claro es que “Podemos no puede ser la alternativa. La alternativa somos nosotros”.
.@sanchezcastejon "Estamos ante una disyuntiva o dar la espalda a España o poner freno a la quiebra unilateral de nuestra convivencia" pic.twitter.com/OOxCpwCeK9
— 24h (@24h_tve) October 21, 2017
El escenario catalán ha sido la oportunidad para demostrarlo y, aun asumiendo muchos riesgos, Sánchez y sus más próximos tuvieron claro que ante el desafío secesionista no cabían medias tintas. “Tenemos que defender la España que nosotros, más que nadie, hemos construido”. De lo contrario, Andalucía, con toda seguridad, se hubiera sublevado internamente y hasta el momento lo más que ha salido del socialismo andaluz es que no cabe libertad de voto a la hora de apoyar el 155. No solo Andalucía. Los más veteranos, los que están ahí con más influencia en la opinión pública que dentro del PSOE, como son Alfonso Guerra, Felipe González, Josep Borrell o el propio José Bono, e incluso barones como el aragonés Javier Lambán, también “habríamos salido en tromba”. Sánchez necesita, por lo menos, silencio interno. secesionista catalán
El ruido le viene de fuera. Podemos, con Pablo Iglesias al frente, sabe que en esta cuestión clave se ha quedado solo. Se ha encargado de afear y criticar la política socialista para intentar hacerse con el santo y seña de la auténtica izquierda, una izquierda, como bien se ve, absolutamente dividida, con un cúmulo de sensibilidades casi imposibles de manejar y con un discurso que, como bien ha denunciado Carolina Bescansa, se dirige a los secesionistas catalanes y no al conjunto de los españoles. Los socialistas tienen claro que “a Podemos le das la mano y te cogen el brazo y lo que tienen que interiorizar es que la alternativa es el PSOE y que el PSOE no va a ser nunca un muñeco en manos de Iglesias”. Pedro Sánchez ha aprendido algunas lecciones y sus más próximos aseguran que “antes de que Iglesias nos condicione, las ranas tendrán pelo”. secesionista
Las presiones de Podemos ya no hacen mella en el PSOE y, si algo indican las encuestas en ciernes, es que la posición de Podemos lo único que está acarreando al partido surgido del 15M es una clara pérdida de posiciones. Es más que probable que, por los modos y maneras que ha tenido a la hora de afrontar el reto secesionista, Pablo Iglesias nunca llegará a La Moncloa. Es prácticamente una certeza. secesionista catalán
Desde Cataluña, la presión es más dura. Tanto Esquerra Republicana (ERC) como el Partido Demócrata Europeo Catalán (PdeCat), sabedores de las contradicciones e incomodidades internas del PSC, realizan continuos llamamientos a los socialistas catalanes para que abandonen “la política de represión”. En este punto, el papel de Miquel Iceta ha sido fundamental. “He hablado con tirios y troyanos”, reconoce el mismo con la clara intención de que “las cosas vuelvan al sentido común, a hacerlas manejables y eso solo se logra desde la legalidad”. Puigdemont, Junqueras, obispos, empresarios, comerciantes… todos han hablado con Iceta, pero los resultados de su labor de mediación no han dado los frutos esperados. Si algo ha buscado el PSC y, por supuesto, el PSOE ha sido tratar de evitar a aplicación del 155, que “no arregla el problema de fondo pero quienes podían evitarlo no han querido”.
No son pocos los alcaldes socialistas que se han visto entre la espada y la pared y algunos se han refugiado en la abstención de sus concejales permitiendo, por ejemplo, que el Ayuntamiento de Girona declare non grato al Rey. En estos intentos pacificadores, el PSC acudió oficialmente a la manifestación por el diálogo y dejó libertad a su gente para acudir a la convocada por Societat Civil y desde Madrid se respeta la posición de Montilla. “Lo está pasando muy mal pero nadie le pregunta más. Llevamos días en los que en cuestión de horas los escenarios cambian”. secesionista catalán
.@sanchezcastejon "El 155 si se activa en España dependerá de la voluntad última de @KRLS"
— 24h (@24h_tve) October 22, 2017
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Si algo quiere cuidar el PSOE, son sus relaciones con el PSC. Se admite desde Ferraz que “si las cosas se miraban con lupa, no cabe duda de que hay contradicciones, pero hay que estar ahí, a pie de calle. Han resistido muy bien, en situaciones extremadamente difíciles, y Miquel Iceta ha sido clave para gestionar una situación endiablada. Lo sustancial es que el PSC y el PSOE vamos de la mano”. secesionista catalán
El PSOE, de la mano de Pedro Sánchez, se ha convertido en corresponsable de la aplicación del 155. Hasta el último momento, ha intentado su no aplicación. “Si Puigdemont convoca elecciones, el 155 no hay que aplicarlo”. Ha sido su último intento de no transitar por un camino inédito como es el articulo 155. Esta afirmación, verbalizada en más de una ocasión por la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, prometía diferencias con el Gobierno, pero Puigdemont se ha encargado de evitarlas. Las encuestas, ahora en fase de preparación, auguran, de acuerdo con los primeros datos, que los españoles reconocen y valoran la posición del PSOE. La incógnita se resolverá, probablemente, en cuestión de meses, porque el reto secesionista se ha llevado por delante a Pablo Iglesias y a la propia legislatura nacional, de manera que Rajoy tiene dos botones rojos: elecciones catalanas y nacionales. secesionista catalán