Isidro Catela | 20 de febrero de 2019
La X, que se ha convertido en letra comodín para las nuevas conversaciones digitales, lleva años siendo la protagonista de la Campaña sobre la sostenibilidad de la Iglesia católica en España. Hace unas semanas hemos conocido que, de nuevo, han aumentado las declaraciones con la X a favor de la Iglesia. Esta vez han sido 51.658 declaraciones más.
La recaudación de la Iglesia por esta vía ha ascendido a 267,83 millones de euros, la cifra más alta desde el comienzo del actual sistema de asignación tributaria en 2007. Hay que recordar que se trata de los datos de la Declaración de la Renta realizada en la primavera de 2018, correspondiente al ejercicio económico del año anterior. En esta ocasión, han sido más de 11 millones y medio más que el año anterior, con un incremento del 4,4% sobre la de 2017.
Muy probablemente hayan visto escaso eco mediático de la buena noticia. Es habitual. Cuando de informar de la Iglesia se trata, se agiganta ese axioma periodístico del “good news, no news”. Por eso, si cabe, hay que destacar aún más los resultados, no porque haya que presumir de números, sino por el constante crecimiento de personas, de rostros concretos que, tras esas equis, asignan año tras año, con fidelidad, en medio de circunstancias y coyunturas no siempre favorables.
La X de la Iglesia Católica en la declaración . Un ejemplo de transparencia y compromiso
Porque hay que recordar que la asignación se renueva cada año, que no es el Estado sino los contribuyentes quienes libre y voluntariamente lo hacemos, detrayendo un 0,7% de nuestros impuestos a favor de la Iglesia católica, en opción compatible con la conocida casilla de “Otros fines sociales”; que este pequeño gesto supone una importante ayuda para que la Iglesia pueda seguir adelante con su labor (un 25%, aproximadamente, de su financiación le llega por este medio); y que resulta, a diferencia de lo que sucede con otras partidas que salen de nuestros impuestos y sobre las que nada decidimos, un ejemplar ejercicio de libertad, plenamente acorde con el artículo 16.3 de la Constitución, en el que se recoge que, si bien ninguna confesión tendrá carácter estatal, “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y se mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”.
La recaudación de la Iglesia por este mecanismo crece al ritmo que vienen creciendo también en los últimos años las iniciativas de transparencia de la Conferencia Episcopal Española, desde la presentación de la Memoria Anual Justificativa, allá por el mes de junio, hasta la creación pionera de un portal web para rendir cuentas a la sociedad.
En total, este año el número de declaraciones a favor de la Iglesia ha sido de 7.164.502. Teniendo en cuenta las declaraciones conjuntas, podemos afirmar que más de 8,5 millones de contribuyentes destinan a la Iglesia el 0,7% de sus impuestos, sin que eso suponga que paguen más ni que les devuelvan menos.
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En todas las comunidades autónomas se ha producido un incremento de la cantidad recaudada este año, con Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana por encima del resto en ese aumento. Las provincias que más han contribuido a la asignación, en números absolutos, han sido Madrid, Barcelona, Valencia, Vizcaya, Sevilla, Murcia y Málaga. Las cuatro comunidades en las que se marca la X en mayor porcentaje son Castilla-La Mancha (46,09%), La Rioja (45,62%), Extremadura (45,09%) y Murcia (44,57%), y las provincias con mayor porcentaje de asignación han sido Ciudad Real (52,58%), Badajoz (48,45%) y Jaén (47,76%). En relación al año anterior, las cantidades que más han aumentado han sido las de Madrid (+3.817.775 €), Barcelona (+675.473 €) y Sevilla (+604.091 €).
Los que asignan son un tercio del total, una cifra que esta vez se ha visto aumentada por la mejora general de la situación económica en España y por el aporte de nuevos contribuyentes. Podrían ser más, sin duda, y ahí hay siempre un reto de mejora, pero son muchos (y cada vez más), en esto tampoco hay duda. Mucha gente que ha entendido que ayudar, también de esta manera, a la Iglesia es una muy buena opción. La mies es mucha y hay que seguir marcando la X. Por muchas razones.