Beatriz M. Berrendero | 22 de marzo de 2017
La Semana de la Moda de New York ha vuelto a abrir el debate sobre el peso ideal de las modelos y cómo llegar a conseguirlo. Surge a raíz de una carta que firma la Model Alliance en la que asegura que la industria de la moda les obliga a perder peso “con demasiada frecuencia” y “es un prerrequisitio” para obtener un empleo, sin tener en cuenta los problemas de salud que puede representar para ellas. En la carta, alrededor de 70 maniquíes piden a la industria de la moda americana que se dé prioridad a la salud por encima del peso. “Juntas, les retamos a hacer un serio compromiso para promover la salud y diversidad en los desfiles”, señalan en la epístola.
Read models' open letter to the American fashion industry – and sign the petition to stand with us. https://t.co/u7L4uiFLaw… #DearNYFW pic.twitter.com/0ZFoQjj7iL
— Model Alliance (@ModelAllianceNY) February 6, 2017
Las profesionales han utilizado las redes sociales para hacerse eco de las prácticas que, en ocasiones, han tenido que utilizar para conseguir reducir su peso. Bajo el hashtag #DearNYFW se pueden leer algunas tan abusivas como comer bolas de algodón empapadas en zumo de naranja.
La encuesta realizada por la Asociación Nacional de Desórdenes Alimentarios de Estados Unidos refleja que al 62% de las modelos preguntadas, su agencia les pidió que bajaran de peso. Más del 50% reconoce que, en ocasiones, se han saltado comidas o han ayunado y hasta un 8% recurrieron a vomitar para conseguir el peso que les habían requerido.
Las modelos que quieran desfilar en Cibeles deben someterse a un test de IMC y será requisito indispensable superar el 18% en la primera edición que se llevó a cabo esta medida un 30% de las modelos no pudieron lucirse
En 2006, y por primera vez en el mundo de la moda, la ex alcaldesa de Madrid Esperanza Aguirre estableció un Índice de Masa Corporal necesario para poder caminar por la internacional pasarela madrileña. Las modelos que quieran desfilar en Cibeles deben someterse a un test de IMC y será requisito indispensable superar el 18%. Por debajo de esa cifra ninguna mujer podrá hacerlo por considerarse desnutridas según lo establecido por la Organización Mundial de la Salud. En la primera edición que se llevó a cabo esta medida un 30% de las modelos no pudieron lucirse en Cibeles por no cumplir ese requisito. El aspecto saludable establecido por la Comunidad de Madrid decía que una modelo de 1.75 de estatura tenía que pesar como mínimo 56 kilos.
El plan que firmó Aguirre pretende asegurar que las dietas de adelgazamiento que llevan a cabo estas chicas estén avaladas por nutricionistas y médicos. Se quiere acabar así con técnicas tan abusivas para el ser humano como ingerir alimentos podridos para vomitar con facilidad, hacer dietas en las que no se puede comer más de tres manzanas al día o romperse las costillas para conseguir reducir el tamaño de su cintura.
Todos estos datos hacen que nos plateemos en qué punto queda el ser humano y cómo se atacan sus valores en la industria de la moda. Cartas como la que han firmado estas 70 modelos en la Semana de la Moda de New York tienen que hacer reflexionar a los grandes gurús de este sector en el que se da más importancia a una talla que a la propia persona. Pasarelas así suponen una amenaza para la salud, especialmente de las chicas más jóvenes que pueden caer en trastornos alimenticios.
A lo largo de la mañana,la Dra.Monereo ha realizado el examen de IMC(ÍndicedeMasaCorporal)a las modelos participantes en nuestra 53ªedición!
— MBFashionWeekMadrid (@MBFWMadrid) February 17, 2011
Los desfiles internacionales no pueden ser lugares en los que se exhiban cánones asociados a la delgadez extrema y mujeres con maquillajes demacrados rozando la enfermedad. Detrás de cada una de ellas hay muchos jóvenes intentando imitar lo que hacen sus referentes. Mujeres que se alegrarán de utilizar una talla 34 en lugar de una 36.
Las pasarelas de moda han convertirse en lugares que den ejemplo a una sociedad donde, desgraciadamente, la anorexia y la bulimia son una amenaza para la salud de los más jóvenes. En ellas se debería difundir una imagen que responda a la realidad. Entre los trastornos que sufren las top models hay algunos tan graves como la ausencia menstruación, osteoporosis, caída de pelo… y todo ello para «lucir» en una talla 32 que es la que suelen usar en las pasarelas. Una talla irreal que en la mayoría de las tiendas no se encuentra.
Pero hay que poner en valor la actitud de estas 70 modelos que se han atrevido a firmar un manifiesto contra su propia industria. Un lugar donde temas como este no se suelen abordar. Impera la ley del silencio para poder conservar su puesto de trabajo a pesar, incluso, de perder salud.
Ojalá algún día los gobiernos castiguen duramente estas prácticas y la sociedad se de cuenta de que la delgadez extrema no es compañera de viaje de la belleza.