Javier Varela | 21 de marzo de 2019
No aprendemos. Cualquier decisión que se toma en un equipo de fútbol cuando está Cataluña se politiza. Queramos o no. Ya sea el Barcelona, el Espanyol, el Girona o la selección catalana, como es el caso. Y no hace falta que lo hagan los políticos de turno. Ahora también lo hacen los ciudadanos catalanes que pregonan a los cuatro vientos su indignación porque algunos clubes no dejan participar en un amistoso a sus jugadores.
De hecho, la decisión del Valladolid de no permitir a dos de sus jugadores y a su entrenador acudir al partido que jugará Cataluña ante Venezuela el 25 de marzo ha sido la última bala que han aprovechado los independentistas y secesionistas para hacerse los mártires y acusar al equipo blanquivioleta y al franjirrojo de fachas.
Tanto es así que incluso en Twitter fue Trending Topic la palabra ‘fachadolid’ para mostrar la repulsa e indignación por la decisión del Real Valladolid. El club pucelano anunció –tras dar por buena su presencia un día antes- la negativa a ceder a su entrenador, Sergio González, y a dos de sus jugadores -el portero Jordi Masip y el centrocampista Rubén Alcaraz– para el amistoso de la selección catalana ante Venezuela el lunes 25 de marzo. Y se armó el lío.
El Huesca ha sido el último club en tomar la decisión de no permitir que se unan a la selección catalana dos de sus mejores jugadores, Enric Gallego y Álex Gallar. Argumentan que quieren evitar lesiones y concentrarse para el tramo final de temporada.El partido no es oficial. Es una pachanga con tintes reivindicativos aprovechando que se sigue celebrando el juicio del procés y que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina. Aunque en un primer momento se habló de veto por ser Cataluña, el club vallisoletano explicó que “el club (…) entiende que debe hacer primar sus propios intereses deportivos en una fase decisiva de la temporada, y evitar correr riesgos que puedan suponer una lesión de alguno de estos dos futbolistas. El Real Valladolid persigue el fundamental objetivo de la permanencia y se ve en la obligación de minimizar riesgos a tan solo dos meses para que concluya la competición liguera”.
Para los que no lo sepan, el Valladolid, que está a cuatro puntos del descenso, se juega mucho en estas 10 jornadas ligueras que restan y una inoportuna lesión de cualquiera de sus jugadores puede trastocar los planes deportivos. Una situación similar vive el Rayo Vallecano y peor es la del Huesca, a siete puntos de la salvación.
Gerard Piqué, el Robin Hood del independentismo
La Federación Catalana contaba con el portero Alberto García y el defensa Álex Moreno, pero ninguno de los dos estará tras la negativa del club franjirrojo. El nombramiento de Paco Jémez como nuevo entrenador del equipo vallecano hace que en el club entiendan que sus futbolistas no pueden perderse los primeros entrenamientos con el nuevo técnico. Y con la salvación como reto, no es momento de arriesgarse por un partido amistoso. Todo bastante lógico y con sentido común. Decisiones deportivas.
Más allá del enfado o la indignación que pueda provocar la negativa de estos clubes a ceder a sus futbolistas, hay que aclarar –que hay mucho despistado- que si un jugador es llamado por su equipo nacional para disputar un encuentro en fecha FIFA, como es el caso, no existe argumento válido para negarse a acudir a la cita, salvo que haya de por medio una lesión.
Pero hay un matiz que muchos olvidan –de forma intencionada- para llevarse la polémica a su terreno. Como la selección catalana no es miembro de la FIFA ni del Comité Olímpico Internacional –al no estar reconocida como nación-, no puede participar en torneos oficiales y solo disputa partidos amistosos no oficiales a nivel internacional. Una situación que la hace no estar incluida en esa obligación de la FIFA hacia los clubes de ceder sus futbolistas. Fin del debate.
El que sí estará será Gerard Piqué. El central del Barcelona será la cabeza visible del partido y de todo lo que rodeará al encuentro. Será la primera vez que vestirá la camiseta de las cuatro barras después de que decidiera renunciar a la selección española de fútbol para tener más descanso y centrarse en su club. No quería que nada lo despistara y está en su derecho. De hecho, Piqué es el único jugador de campo de toda LaLiga que ha jugado todos los minutos posibles. Pero cuando llega la llamada de Cataluña –con todo lo que rodea al partido y a la situación social y política-, entonces Piqué sí que se alista en la selección catalana. Y está en su derecho, claro.
Barcelona-Real Madrid: el independentismo se sienta en el Camp Nou
Pero resulta curioso que a los que ahora se les llena la boca tachando de fachas al Valladolid –una ciudad cuyo alcalde es del PSOE y que formó alcaldía gracias a Podemos e Izquierda Unida y cuyo presidente del club es catalán- y al Rayo Vallecano -cuya afición es la antítesis de lo que se le está acusando- no pusieran el grito en el cielo cuando, en diciembre de 2016, Gerard Piqué no acudiera a la convocatoria de la selección catalana para jugar ante Túnez porque estaba de vacaciones con su mujer. También estaba en su derecho, faltaría más, pero entonces no indignó tanto que el central antepusiera su vida personal al compromiso con la selección catalana.
Ahora no se respeta la decisión de Valladolid y Rayo porque no interesa respetarla. Es lo que tiene la realidad en la que se han instalado los amigos del lazo amarillo.