Antonio Olivié | 09 de septiembre de 2019
Una extraña alianza política ha conseguido evitar un adelanto electoral en Italia que solo beneficiaba al líder de la Lega.
Roma (Italia) | El líder emergente del Gobierno, destronado; el líder decadente, recolocado, y el primer ministro «títere», que debía ser manejado por los dos primeros, se hace con el teatrillo y forma un nuevo Gobierno. Cualquier guion de intriga política se queda corto ante la realidad de la política italiana, donde nada mejor que un enemigo fuerte para unir al resto en su contra. Tras la tormenta, así queda el panorama político en el país vecino.
El líder de la Lega, Matteo Salvini, había cosechado triunfos aplastantes en las últimas elecciones regionales y europeas en Italia. Todas las encuestas, antes de julio, lo situaban muy cerca del 40% en intención de voto. Su habilidad dialéctica, el manejo de los nuevos medios de comunicación y su mano dura frente a la inmigración ilegal lo han convertido en un líder fortísimo en Italia. Ha sido él quien ha dado por roto el acuerdo de gobierno que lo mantenía como ministro del Interior, en permanente campaña.
Un governo nato tra Parigi e Berlino e dalla paura di mollare la poltrona, senza dignità e senza ideali, con persone sbagliate al posto sbagliato. pic.twitter.com/LIYQxbwcSb
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) September 4, 2019
Pensaba Salvini que la ruptura del Gobierno lo llevaría a nuevas elecciones, en las que tenía el viento a favor. Pero sus rivales no son estúpidos. Antes aliarse con el diablo que perder el escaño y dejar el país a merced de una derecha soberanista que insiste en achacar los males del país a la inmigración. Serían muchos los perjudicados, todos menos la Lega, si hubiera un adelanto electoral. Y eso es lo que une a quienes sostienen el nuevo Gobierno, el Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Stelle. El temor a la derrota y la esperanza de que unos meses de gobierno les permita retomar fuerzas y frenar al enemigo común.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, fue nombrado como figura imparcial, que pudiera ser manejada por los vicepresidentes de la Lega y 5 Stelle durante el anterior Gobierno. Quisieron convertirlo en títere y ha dejado como peleles a sus padrinos. Este desconocido en política, sin el respaldo de ningún partido, aunque afín a 5 Stelle, ha sido capaz de encontrar su espacio entre dos vicepresidentes en constante enfrentamiento. Frente a sus pequeñas rencillas, Conte ha jugado el papel de conciliador y de anteponer Italia a los intereses de partido. De hecho, ese ha sido el eje de su discurso para el nuevo Gobierno. Ahora tiene más margen de maniobra y un respeto ganado dentro y fuera del país.
El papel del líder de 5 Stelle en el Gobierno, Luigi Di Maio, como ministro de Trabajo y Desarrollo Económico, ha sido muy pobre. Tanto que Italia se presenta como uno de los países con peores niveles de crecimiento de la Unión Europea. Y lo peor es que como secretario general del Movimiento 5 Stelle ha ido perdiendo respaldo día tras día.
Il Ministro degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale @luigidimaio alla #Farnesina. Passaggio di consegne con il predecessore Enzo Moavero Milanesi. pic.twitter.com/IFYitlcyBr
— Farnesina ?? (@ItalyMFA) September 5, 2019
Los populistas de izquierdas han tropezado con la realidad de la gestión de grandes ciudades y especialmente Roma. El balance de la alcaldía de la capital italiana bajo 5 Stelle es desastroso y supone un escaparate de suciedad y falta de mantenimiento a la vista de todo el mundo. En este entorno, con derrotas en las últimas elecciones regionales y europeas, Luigi di Maio gana tiempo y evita una nueva debacle electoral, al respaldar a Conte, aliándose con el PD. También evita, de momento, las disidencias internas.
El ex primer ministro italiano ha tenido mucho que ver en el nuevo Gobierno. Ha sido el primero en proponer la extraña alianza entre su partido, el PD, y 5 Stelle, pese a que durante tiempo juraron no aliarse. Formalmente, Renzi ya no tiene cargos en el partido, pero la realidad es que fue él quien compuso las últimas listas electorales y controla a gran número de parlamentarios. Son ellos quienes han abierto los cauces de relación con 5 Stelle, forzando al actual secretario general del partido a negociar.
El secretario general del PD, Nicola Zingaretti, se ha visto superado por su predecesor en el cargo. Ha debido aceptar las recetas de Renzi, tratando de hacerlas pasar como propias. Su habilidad política, de personaje parco en palabras y hábil negociador, le permiten liderar la renovación de un partido que estaba en sus horas más bajas. El último año de derrotas en todas las regionales se salva con un acuerdo de gobierno que “evita que la derecha soberanista gobierne Italia”. A partir de aquí, el PD vuelve a presentarse como un partido serio, que rechaza los populismos y que trabajará de la mano con Europa.
La situación económica italiana no es buena, la percepción de la inmigración descontrolada sigue latente y las diferencias que puedan tener PD y 5 Stelle en los próximos meses dejan al país en una situación de riesgo. Si no hay crecimiento económico y la inseguridad se mantiene, el crecimiento de Matteo Salvini en la oposición será imparable. Y es que la derecha moderada clásica, en el Forza Italia que se empeña en liderar Silvio Berlusconi, está en sus horas más bajas, con una intención de voto por debajo del 10%.
De esta forma, el riesgo de este nuevo Gobierno, creado para frenar a la derecha de Salvini, es que contribuya a reforzarlo como alternativa a la ‘vieja política’.
El hecho de ser un país con una población cada vez más anciana y sin perspectivas de mejora alimenta el recelo frente a quienes vienen de África.
La Lega firma una propuesta de ley que permite la adopción desde el momento de la concepción.