Hilda García | 29 de abril de 2020
José Manuel Otero Novas, Ramón Tamames y Francisco Vázquez tienen la respuesta. Conversamos con tres protagonistas de los acuerdos que cambiaron el destino de nuestra nación.
El coronavirus, que ha puesto en juego bienes tan esenciales como la vida y la salud, nos hace volver la mirada hacia los Pactos de la Moncloa. Son muchos los que apelan a que todas las fuerza políticas dejen al margen su ideología y sus diferencias, y se unan en pos del bien común.
Hemos mantenido una conversación con tres de los protagonistas de aquel gran acuerdo político: José Manuel Otero Novas, ministro de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez; Ramón Tamames, coautor del primer borrador de los Pactos de la Moncloa; y Francisco Vázquez, diputado en Cortes por el PSOE. Tres voces autorizadas que en el momento de la firma se encontraban en primera línea.
Pregunta: ¿Cómo y por qué surgió la iniciativa de los Pactos de la Moncloa?
José Manuel Otero Novas: Queríamos hacer una Constitución por consenso, para evitar repetir la de la II República, que la mayoría parlamentaria impuso a la minoría. Y, para hacerla, al menos durante el período constituyente debíamos obtener consenso sobre algunas cuestiones que podían hundir todo, por ejemplo, el parón de la escalada de la inflación. Los pactos establecieron que en 1978 la inflación y los incrementos anuales de masas salariales no podrían exceder del 22%, porque en esas cifras estábamos.
Ramón Tamames: La idea surgió por la crisis económica en que estaba España, ya hacía varios años, tras el primer choque petrolero de 1973, cuando la OPEP subió el precio del crudo de 3,5 a 14 dólares el barril. Esa elevación produjo un impacto, de modo que la crisis energética se transformó en una crisis de caída de la demanda, con la ruina de muchas empresas; y una crisis financiera, con la quiebra de muchos bancos, por los efectos de lo que era una demanda rígida del petróleo.
Viví ese momento como diputado del PCE, habiendo pedido ya en la Comisión de Economía del Congreso, durante el verano de 1977, una política de pactos para salir de la crisis en que nos encontrábamos, con una inflación que iba camino del 30 por 100, y un paro ya de más de un millón de trabajadores.
Francisco Vázquez: Para instaurar un régimen democrático en España, era imprescindible superar una gravísima crisis económica, con una inflación superior al 25%, un paro de más del 21% y un coste del dinero de más del 20%. Había que devaluar la peseta y pactar los incrementos salariales.
A ello había que añadir la necesaria derogación de leyes todavía vigentes impropias de una sociedad libre: censura previa, impunidad de la tortura, penalización del adulterio, etc.
P.: ¿Qué supuso para España la firma de estos pactos?
José Manuel Otero Novas: Los pactos permitieron mantener el consenso para la Constitución y sentar bases de desarrollo razonable.
Ramón Tamames: El freno de la inflación al 19 por 100 en 1978, con una caída rápida también después. Además, se reorganizaron muchos organismos públicos para superar el franquismo, con una democratización de las instituciones.
Francisco Vázquez: El acuerdo permitió rebajar la tensión social y política, allanando las dificultades para poder centrarse en el difícil proceso de la elaboración de la Constitución y enderezó la situación económica, evitando huelgas y fortaleciendo la peseta.
Se estabilizó la sociedad, iniciando la política del consenso, que desembocaría en la reconciliación nacional superadora de la Guerra Civil y sus dolorosas secuelas, único camino capaz para lograr la instauración de una democracia de corte occidental que arrumbó la triste dinámica de las dos Españas.
Ahora hay un Gobierno social-comunista-separatista. Cualquier acuerdo con la derecha no puede ser deseado ni ejecutado por élJosé Manuel Otero Novas
P.: ¿Cómo fue posible la unión de partidos políticos de tan diversa tendencia?
José Manuel Otero Novas: Tuvo tanta dificultad como toda la operación de la Transición en su conjunto. La habilidad de Suárez + la generosidad de la derecha reformista + la responsabilidad y ambición de la izquierda, que deseaba aflorar después de sus anteriores utopías revolucionarias.
Ramón Tamames: Por mero sentido común y la búsqueda de una sensación de que la democracia haría funcionar al Estado mejor que antes. Los efectos del parón a la inflación significaban también una exigencia. Además, desde el PCE ya preconizábamos, a partir de 1956, la política de reconciliación nacional.
Francisco Vázquez: Porque se antepusieron los intereses generales de los españoles, para así evitar el envite de los enemigos de las libertades, que querían destruir la incipiente democracia. Por un lado, los nostálgicos de la dictadura franquista y, por otro, los terroristas y extremistas, que ansiaban un régimen totalitario de corte comunista.
P.: ¿Cree necesario que se firmen unos nuevos Pactos de la Moncloa para salir de la actual coyuntura?
José Manuel Otero Novas: Me parece contra natura que ahora se firmen otros pactos como aquellos. Nuestro Gobierno de 1977 quería ser centrista, y los consensos de izquierda y derecha con nosotros, aunque nos trajeran medidas en las que nosotros no hubiéramos pensado, por ser consensos entre extremos, seguirían –y siguieron- una línea de centro. Por eso nosotros los impulsamos y pudimos aplicarlos.
Ahora hay un Gobierno social-comunista-separatista. Cualquier acuerdo con la derecha no puede ser deseado ni ejecutado por él. Salvo que supongamos que Pedro Sánchez quiera acabar con su Gobierno y hacer otro con la derecha, que es posible, pero no probable.
Ramón Tamames: No, en absoluto. El contexto actual es muy distinto, y la situación económica de España mucho mejor, en principio. Estamos, además, en la Unión Europea que, como en la crisis de 2008/2013, también tendrá mucha importancia en este caso.
Francisco Vázquez: Deberá establecerse un pacto de Reconstrucción Nacional, negociado con Europa, para afrontar las carencias temporales de millones de personas y financiar el ordenado relanzamiento de la economía.
Los líderes de 1977 demostraron tener buen juicio y patriotismo verdadero. Los actuales todavía tienen que demostrarlo, y muchos no lo haránRamón Tamames
P.: En caso de que así fuera, ¿quiénes deberían firmar los pactos y cuál tendría que ser su contenido?
José Manuel Otero Novas: Todos deben intentar algo, aunque sea muy distinto a los Pactos de la Moncloa. Pero siempre vale la pena mejorar la mala situación en la que estamos.
Ramón Tamames: Esencialmente, el PP y el PSOE, y después los partidos constitucionalistas que lo deseen. Creo que los independentistas deberían quedar al margen, porque no tienen ningún interés en el progreso conjunto de España.
Francisco Vázquez: Los partidos constitucionalistas, PSOE, PP y Ciudadanos, la CEOE, los sindicatos, adhiriéndose los partidos e instituciones que coincidan con sus propuestas. Lo más importante: unos acuerdos que cuenten con la aprobación de la Unión Europea y no respondan a criterios ideológicos contrarios al modelo económico y social europeo.
P.: ¿Ve factible lograr una reconciliación nacional como la que se alcanzó en la Transición?
José Manuel Otero Novas: Todavía no. Hay que llegar más al fondo, a un punto de riesgo más grave aún.
Ramón Tamames: Si la unión es para olvidarnos de tanta necedad independentista, creo que no lo vamos a conseguir en primera instancia. Será el buen sentir de los catalanes, más divididos que nadie, lo que les haga volver a la idea de que la autonomía es un buen negocio en la España europea.
Francisco Vázquez: Hoy por hoy, no. Precisamente el objetivo de los independentistas catalanes y los comunistas de Podemos, incomprensiblemente socios del PSOE, es destruir la reconciliación nacional, piedra angular de la Transición, para crear un clima de división y enfrentamiento, que es su caladero de votos.
El objetivo de los independentistas catalanes y los comunistas de Podemos, incomprensiblemente socios del PSOE, es destruir la reconciliación nacionalFrancisco Vázquez
P.: ¿Qué diferencias advierte en el concepto de democracia que tenían los líderes políticos de la Transición y los actuales?
José Manuel Otero Novas: En algunos no hay diferencias sustanciales. Otros no creen en la democracia, aunque, como tiene declarado uno de ellos, es imprescindible hablar de democracia y ampararse en ese concepto para llegar a soluciones revolucionarias.
Ramón Tamames: Los líderes de 1977 demostraron tener buen juicio y patriotismo verdadero. Los actuales todavía tienen que demostrarlo, y muchos no lo harán: por independentismo o por actitud antisistema e intentos de liquidar la resonancia del compromiso histórico español, que conseguimos con los Pactos de la Moncloa del 77 y la Constitución del 78.
Francisco Vázquez: No hay un sentido de la lealtad institucional, ni un proyecto de sociedad, nacido de principios ideológicos, sino tan solo la ambición del poder, fin para el que todos los medios son válidos, incluido el de delegar la gobernación de España en un consultor político, al servicio de quien le pague, como es el caso del señor Iván Redondo.
El alocado proceso autonómico ha dejado vacío al Estado, sin capacidad de respuesta. Ni siquiera sabían cuáles eran los mecanismos necesarios para comprar test y mascarillas a todos los ciudadanos.
Los predicadores de catástrofes son como orugas. La mente humana no se sostiene en la incertidumbre y acudimos a cualquiera que parezca una voz autorizada para que nos calme.